Residencia Kaibara

Estaba tumbado en mi cama leyendo un libro, y de repente mis padres entraron en mi habitación con una sonrisa en la cara que no me gustaba nada. Se aceraron a mí y mi padre empezó a hablar.
-Tsuri... Me andaré sin rodeos... -Suspiró y miró a mi madre, quien asintió, después me volvió a mirar a mí -Vas a estudiar en una escuela de mafia.
Tras oír eso, cerré el libro de golpe y me levanté mirándoles con furia.
-¿Creéis que podéis pasar de mí todos estos años y después venirme con esa mierda?
-Tsuri, cielo... -Mi madre se acercó a mí. -Pensamos en lo mejor para tí... Eres el heredero.
-¡Y una mierda heredero! -Levanté el puño para pegarla y de pronto ví a mi abuelo en la puerta. Automáticamente bajé mi mano.
-Tsuri. -Me miró serio. -Haz caso a tus padres, es lo que debes hacer.
Tú también con eso... Muy bien, si el abuelo lo dice... Caminé hasta él y le miré a los ojos.
-Como quieras, abuelo.

Salí de mi habitación tranquilamente y salí de casa, empezando a correr.

Entré en casa intentando no hacer ruido, cosa que se me daba muy bien. Subí las escaleras para ir a mi habitación. Una vez allí lo miré todo, seguro que esos idiotas habían dejado folletos o algo de esa maldita escuela. Y así era, encima del escritorio vi unos cuantos papeles con la información que necesitaba.
Así que se empieza mañana... Y mis padres me avisan en el último momento, seguro que para que no pueda escapar.
-Tsuri -Oigo la voz de mi abuelo y me sorprendo.
-Abuelo... ¿cómo sabías que estaba aquí?
-Yo te enseñé a ser sigiloso, ¿recuerdas? Y lo haces muy bien, pero a tu maestro no le engañas -Sonríe de lado.
Suspiro y me siento en mi cama.
-Yo... ¿tengo que ir al rollo este? -Señalo el folleto.
Se sienta a mi lado y me mira serio.
-¿No quieres ser mas fuerte?
-...No me interesa.
-Tsuri, no seas cabezota, puedes ser muy bueno si quieres. Aun mas.
-Si tú lo dices, abuelo...
-Sí, yo lo digo, así que irás, ¿verdad? -Me mantiene la mirada fijamente.
-Iré...
-Me alegro mucho -Me revuelve el pelo. -Ahora me voy, que tu padre está muy pesado hablando de ti y no deja descansar a tu madre. -Se levanta y se dirige a la puerta. -Suerte. -Me guiña un ojo y se va.
-Sí... suerte...